Las Palmas de Gran Canaria, 28 abr (EFE).- El número de embarazadas obesas, aquéllas con un índice de masa corporal igual o superior a 30, ha crecido un 5,72 por ciento entre 2000 y 2010 en Las Palmas, una realidad sobre la que hoy han alertado los médicos, ya que incrementa «por dos» la muerte fetal. Así lo ha puesto de manifiesto el especialista de la Unidad Materno Fetal del Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias, Francisco Cabrera, en la presentación del VI Curso de Actualización en Obstetricia, que se desarrolla desde hoy y hasta el sábado con el título «Patología médica y embarazo». Cabrera recordó que estos cursos comenzaron en 2004, año en el que se centraron en las patologías de la inmigración, y explicó que en la presente edición abordarán dos de los problemas de salud más acuciantes: la obesidad, cuyos mayores índices en España se registran en Canarias y Murcia, y la diabetes, que afecta al 12 por ciento de la población canaria y al seis por ciento de la española. El especialista destacó que el aumento generalizado de la obesidad en la población canaria, española y mundial explica el incremento de embarazadas obesas a las que ha atendido en los últimos diez años el Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias, centro de referencia para la provincia de Las Palmas. En su opinión, una mujer que pretende quedarse embarazada ha de perder previamente un diez por ciento de su peso y controlar sus niveles de hipertensión y diabetes, además de complementar su dieta con un aporte de ácido fólico, yodo, calcio y vitamina D. Una vez embarazada, Cabrera afirmó que para una mujer con un índice de masa corporal normal, de entre 18,5 y 25, la recomendación es engordar una media de 18 kilos, mientras que para una mujer obesa, la media establecida está en los 7 kilos, si bien indicó que más del cincuenta de las pacientes cogen más kilos de los permitidos durante el período de gestación. Y es que la mala alimentación y la falta de ejercicio siguen siendo los factores desencadenantes de la obesidad, considerada la pandemia del siglo XXI. El especialista también subrayó que, entre los aspectos nuevos que se analizarán en este curso, figurará el «arma terapéutica» de la vitamina D para fines obstétricos. Sobre esta cuestión, Cabrera explicó que un estudio elaborado en 2009 con estudiantes de Medicina de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, es decir, «con población sana e instruida en nutrición», reveló que el 60 por ciento tenía insuficiencia de esta vitamina, cuyos niveles aumentan con la exposición solar, y un 30 por ciento registraba un déficit severo. Explicó que la vitamina D contribuye a la producción y funcionalidad de la placenta y que, como ocurrió con el ácido fólico y el yodo, este estudio ha puesto de manifiesto, que en un lugar con tantas horas de sol como Canarias, la población registra unas carencias de vitamina D equiparables a las de Finlandia, que son del 70 por ciento. Cabrera informó también de que los niveles de esta vitamina también se relacionan con el consumo de lácteos y aseguró que, pese a la creencia de que es generalizado en la población canaria, lo cierto es que sólo son habituales en la dieta de los niños.