Según un estudio publicado en The Journal of Pediatrics el estrés, en interacción con otros factores, agrava el problema de la obesidad en los menores.

Vivir en un hogar estresante eleva el riesgo de que los niños engorden, indica un estudio sobre familias suecas. A diferencia de los niños de 5 y 6 años que viven en hogares con bajos niveles de estrés, los niños de la misma edad que viven en hogares «con alto nivel de estrés» tienen el doble de riesgo de ser obesos.

«Las familias pueden probablemente lidiar con algo de estrés o estresores, pero no con varios al mismo tiempo», señala Felix-Sebastian Koch, de Linkping University. Cuando a la familia se le hace difícil manejar el estrés, «los niños están en alto riesgo de padecer obesidad infantil», agregó.
Koch y sus colegas de la investigación de doctorado, evaluaron los niveles de estrés en 7.443 familias en Suecia desde el nacimiento de los hijos hasta el quinto o sexto cumpleaños. El 52% de los niños era de sexo masculino. En la última evaluación realizada, el 4,2% de los niños eran obesos, publica el equipo en The Journal of Pediatrics.

Durante el período de estudio, los padres informaron sobre varios estresores, como experiencias graves, entre las que están accidentes, enfermedades, decesos, divorcios, desempleo o violencia. También reportaron estresores derivados de problemas con el cuidado de los hijos o la pareja, falta de apoyo social o preocupación por la salud o el desarrollo de los niños. Los autores definieron a las familias con alto nivel de estrés como aquellas que dijeron padecerlo en, por lo menos, dos de esas cuatro áreas.

«El estrés, en interacción con otros factores, agrava el problema de la obesidad», señaló Koch. Sin embargo, asguran que definitivamente no es el único factor asociado con la obesidad. El equipo concluye que, dado que los resultados sugieren que el estrés familiar promovería la obesidad infantil, es importante que las familias con alto nivel de estrés busquen algún tipo de ayuda profesional.

Fuente: Público.es