Los ‘campamentos para adelgazar’ son eficaces y mejoran la salud. Durante cuatro u ocho semanas hacen dieta y reciben educación en nutrición.

Estos ‘campings’, abiertos en 2002 en varios estados norteamericanos y en Canadá, acaban de recibir el ‘visto bueno’ de un grupo de científicos tras llevar a cabo una evaluación de sus resultados. Su dictamen ha visto la luz en el último ‘Pediatrics. En él se avalan sus beneficios a la hora de reducir el peso, mejorar el estado general de salud, la capacidad para hacer ejercicio y la autoestima de la población infatojuvenil con sobrepeso.

El estudio, realizado por científicos de la Universidad de Washington, evaluó los efectos a corto plazo de los programas de reducción de peso (durante cuatro semanas o dos meses) de este tipo de residencias estivales en 76 menores de 10 a 18 años. Los autores documentan que dividieron a los participantes en grupos para las distintas actividades, según la edad y el sexo.
Todos recibiron clases de un nutricionista dos veces por semana. «Algunos de los tópicos que se abordaron en estos cursillos incluyeron el contenido nutricional de los alimentos, el requerimiento calórico diario, la medición del tamaño de las porciones, la lectura del etiquetado de los alimentos o la elección de ‘snacks’ saludables. Asimismo se acudió a un supermercado de los alrededores para practicar hábitos de compra saludable», aclaran los autores del ensayo.

Igualmente, un instructor, especialista en modificación de la conducta, les proporcionó consejo sobre los aspectos psicoconductuales de la alimentación. Y cada semana, junto con sus padres, mantenía terapia de grupo. En ella se les enseñó habilidades para resolver problemas, técnicas de relajación, cómo elevar la autoestima así como terapias en imagen corporal, entre otras medidas.

El programa se complementó con un menú de 1.500 calorías diarias, supervisado por un dietista. «No se les permitía ningún otro alimento que no fuera el servido en el comedor del campamento», se insiste en el trabajo.

La actividad física de estos programas educacionales se cubrió con clases de aeróbic tres veces por semana y de resistencia. Los campistas practicaron además una clase semanal de taekwondo, así como otras actividades propias de los campamentos como escalada, caminatas, etcétera.

«Los resultados del estudio confirman la hipótesis de que los campamentos de verano exclusivos para adelgazar son altamente eficaces a la hora de reducir kilos, mejorar los parámetros de salud y el bienestar físico de niños y adolescentes. De hecho se produjo una disminución del peso, del índice de la masa corporal así como de la presión arterial. También se lograron mejoras en la aptitud física», documentan los investigadores.

Insisten en que los resultados fueron mejores para el grupo de chavales que realizó el programa durante ocho semanas, en comparación con los que asistieron sólo durante un mes, y recuerdan «que se deberían hacer más estudios con el fin de establecer si, a largo plazo, la pérdida de peso, los cambios en el comportamiento relacionado con la alimentación y las mejoras en los parámetros metabólicos y de salud de los menores se mantienen».

Fuente/s:
El Mundo
06/03/2010