El I Estudio Nacional Pedisure sobre Niños Malcomedores, que acaba de publicar el Observatorio de la Nutrición Infantil Abbott, indica que un 47% de las familias españolas con niños de entre 1 y 10 años afirma que sus hijos comen mal: ingieren poca variedad, poca cantidad o tardan mucho en comer.

Los niños comen muy poca variedad de alimentos y casi la mitad no llega a comer nunca determinados productos como son las verduras y legumbres (64%), el pescado (44%) y las frutas (40%). Los padres consultados señalan que sus hijos comen una media de casi nueve tipos de productos distintos, aunque la mayoría de ellos son lácteos y derivados, así como pastas, pan, patatas, etc. «Estos niños no tienen problemas a corto plazo, pero adquieren unos muy malos hábitos que no se van a solucionar en poco tiempo», advirtió el jefe de la unidad de Gastroenterología y Nutrición Infantil del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, el doctor Luis Ros. «Hemos observado que los niños que comen mal a los dos años, siguen igual a los siete, a los ocho y a los 10 años, y, casi con todo seguridad, seguirán igual cuando sean adultos», apuntó el doctor.

Realizada con 906 familias repartidas en Andalucía, Madrid, Galicia, Comunidad Valenciana, Cataluña y País Vasco, esta investigación tiene como objetivo detectar las causas del comportamiento del niño malcomedor y, en consecuencia, aportar una serie de medidas que ayuden a los padres a solucionar el problema. Por comunidades, son los niños de Cataluña los que peor comen (51%), seguida de Andalucía (47%), Comunidad Valenciana y Madrid (43%), Galicia (41%) y País Vasco (27%). Aunque, son los vascos y los catalanes los que más tiempo dedican a intentar que sus hijos coman, con 49 y 45 minutos de media. Por detrás se encuentran valencianos (44 minutos), andaluces (42), madrileños (41) y gallegos (33). No obstante, aunque la media se encuentra en los 40 minutos, un 31% come en menos de 30 minutos, mientras que un 22% tarda más de 50 minutos.

El psicólogo infantil Luis Torres Cardona señaló que «cuando transcurran los 20 ó 25 minutos que debe durar la comida, si el niño se ha negado a comer en ese tiempo, se le debe retirar el plato de la mesa sin provocar discusión o manifestar enfado». La encuesta indica que el 90% de los padres admite que se enfada con sus hijos ante el rechazo de la comida o si se prolonga en exceso el tiempo para comer, mientras que en el 40% de las ocasiones la hora de comer termina en enfrentamiento. Además, se observó que un 60% de los padres fuerza a sus hijos a comer, aunque comunidades como Andalucía (69%) y Madrid (64%) superan la media. Además, al menos un 43% los castiga cuando comen mal.

Los autores del estudio explicaron que esta situación se debe, en gran medida, a una falta de hábitos. Además, en muchas ocasiones está provocado por el continuo consentimiento a los caprichos y deseos de los niños, así como por la necesidad de llamar la atención en el niño y de la imitación de los hábitos alimentarios de los progenitores.
Fuente/s: Consumer.es