En cirugía de obesidad dependiendo del tipo de intervención, durante las primeras 4-8 semanas, nosotros, desde nuestra amplía experiencia (más de 12 años) consideramos es necesario seguir una pauta alimentaria lo más estrictamente posible.

Al paciente le indicamos llevar una dieta líquida hipocalórica y rica en proteinas, a base de lácteos desnatados, zumo natural, bebidas isotónicas y suplementos nutricionales, sustento clave en la nutrición postcirugía (los famosos batidos de farmacia).
Durante esas semanas la textura del alimento irá haciéndose más espesa hasta llegar a tomar el alimento sólido.

Muchos pacientes se preguntan por qué a ha de ser tan extensa la progresión de texturas. Se ponen ansiosos por comer alimentos sólidos, otras no son tan pacientes llegando incluso alguna vez a ponerse nerviosos la 1ª semana después de la intervención.

En el caso de Banda Gástrica la prótesis debe acomodarse bien en el estómago y el paciente habituarse a ella. Es como un reconocimiento del nuevo estado. No hay que presionar el nuevo reservorio (pequeño como un kiwi) y dejar esperar a notar esa nueva y temprana sensación de saciedad; primero con los líquidos, luego con los purés y finalmente con los alimentos sólidos.

En el caso de Gastrectomía Tubular (“tubo” o “manga”) el respeto a la transición en texturas es mucho más severo, porque la cirugía es de mayor magnitud y la pauta que nosotros programamos suele ser de quince días a cada textura, para evitar el riesgo de fuga del tubo.

Consideramos que hay que hacer esta progresión gradual y con paciencia.

En los meses siguientes enseñaremos desde la nutrición a aprender a comer de forma equilibrada y variada, siguiendo una dieta concreta y a la vez flexible adaptada a la forma de vida del paciente, pero siempre, respetando los principios nutricionales y respetando la técnica quirúrgica.

El paciente no tiene que «anclarse» a una dieta fija de por vida, de lo contrario, no aprende.
Y el cometido en nutrición es ENSEÑAR.

Raquel Giner
Nutricionista de IntraObes