Las investigaciones son concluyentes: contra lo que muchos podrÃan pensar, los niños que se saltan el desayuno son más obesos que los que desayunan bien, incluso aunque éstos ingieran más calorÃas a lo largo de la jornada.

Investigadores de la Universidad de Minnessota (Estados Unidos) han realizado un estudio durante cinco años, publicado en «Pediatrics», que incluÃa un seguimiento durante ese tiempo de 2.116 adolescentes de 14 a 19 años. Sus conclusiones con respecto al tema que nos ocupa fueron claras: aquellos que desayunaron bien fueron los que aumentaron menos de peso y tuvieron un IMC (Ã?ndice de Masa Corporal) más bajo.
Por el contrario, los jóvenes que se saltaron la primera comida del dÃa pesaron un promedio de 2,3 kilos más que los anteriores, incluso aunque ingirieran menos calorÃas al final del dÃa. Por si esto fuera poco, los que no desayunaban serán más vulnerables a la obesidad cuando sean adultos.

Otra investigación, española en este caso y publicada en «Medicina ClÃnica», llega al mismo resultado. Se hizo un seguimiento de 1.700 alumnos, de 13 y 14 años, en 34 colegios de Gran Canaria. Los que desayunaron más y mejor se protegieron de forma muy notoria contra el sobrepeso, ya que en ellos la prevalencia de la obesidad fue claramente menor.

De forma sorprendente, el efecto de un correcto desayuno resultó mucho mayor que el de la realización de ejercicio fÃsico. Es decir, que si un niño hace ejercicio y se salta el desayuno, tendrá más inclinación a la obesidad que otro compañero que desayune bien y no realice actividades fÃsicas. Sorprendente, pero cierto.
La razón de los efectos positivos de un correcto desayuno probablemente sea que los niños y adolescentes que desayunan bien se alimentan mejor, tienen más energÃa durante su jornada escolar (y, presumiblemente, además de rendir más, queman más calorÃas) y, a lo largo del dÃa, ingieren más hidratos y fibra y menos grasas. Los que no han desayunado, al llegar a casa comen en exceso y tienen sus comidas menos repartidas, lo que es un factor adicional de obesidad. Por tanto engordan más, incluso aunque tomen menos calorÃas que los otros.

Con respecto a lo que debe incluir un buen desayuno, hay tres ingredientes que nunca deben faltar: lácteos, fruta y cereales. Pero puede añadirse aceite de oliva, mantequilla o margarina, mermelada, miel e incluso embutidos. Y en cantidades generosas, ya que el desayuno debe suponer, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, en torno al 25% de las necesidades diarias de nutrientes.

Fuente: Sociedad Española para el Estudio d ela Obesidad (S.E.E.D.O)