El país que más obesidad tiene del mundo no es EEUU. EEUU es el 9º país en el ranking. La obesidad no se asocia exactamente a la mayor disponibilidad de comida basura sino a la menor disponibilidad de comida buena (alimentos frescos, frutas, verduras, legumbres) ya sea por motivos educativos, sociales (por ejemplo falta de tiempo) o bien económicos, como ocurre en el caso de la isla de Nauru, un auténtico -y triste- laboratorio de obesidad. Nauru es una isla estado de 14.000 habitantes situada al noroeste de Australia en pleno pacífico. Mientras que el 65% de los estadounidenses tiene sobrepeso (IMC 25-28) u obesidad (IMC>28) en Nauru el 90% de los habitantes tienen un IMC elevado. El problema es gravísimo, porque el 30% de la población de Nauru tiene diabetes y un % semejante de hipertensión. Los hombre viven hasta los 58 años (20-25 años menos que los españoles¡) y las mujeres hasta los 65. Como podéis ver en la imagen inferior hace 120 años los habitantes de Nauru no conocían la obesidad. ¿qué ha ocurrido? Los habitantes de Nauru (con 40.000 años de antigüedad en sus asentamientos) no desarrollaron la agricultura, por lo que su alimentación hasta mediados del S.XX consistía en lo que podían pescar, cazar y recolectar de la isla. Así pues, su alimentación era rica en carbohidratos complejos y fibra, y escasa en grasas y proteínas. De cuando en cuando, la isla se veía azotada por los ciclones, lo que ocasionaba épocas de hambruna entre la población. Debido a la dificultad para acceder a la comida y estos frecuentes periodos de hambruna, se debió potenciar la capacidad de los nauruanos para sobrevivir en estas condiciones. Es decir, en época de abundancia, cuando podían comer más de lo que necesitaban, acumulaban el exceso de calorías en forma de grasa con facilidad, para resistir posteriormente a las constantes hambrunas. Aquellos que no desarrollaron estos mecanismos murieron como consecuencia de las presiones de la selección natural. Dicho de otra manera: se potenció el genotipo ahorrador (una mayor facilidad para acumular grasa) entre los habitantes de la isla (también en otras muchas islas del Pacífico), como un mecanismo de supervivencia. Esa adaptación, que durante miles de años les vino de perlas a los nauruanos, dejó de ser tan ventajosa cuando empezaron a tomar contacto con la sociedad occidental en el siglo XX y, principalmente, con su dieta. De la variada y escasa dieta de la isla que mencionábamos antes, pasaron a tener una dieta abundante en grasas y azúcares simples y pobre en fibra. Adaptados a vivir con escasez de alimentos y con ejercicio físico frecuente, los nauruanos se enfrentan hoy a la comida en abundancia y un nulo ejercicio físico. Si, anteriormente, la facilidad para acumular grasa era una cuestión de supervivencia, hoy en día es una cuestión de enfermedad. Se junta, además, que el 90% de la isla está cubierta de depósitos de fosfato, que dificultan la implantación de la agricultura. En su lugar, obtienen la mayor parte de la comida a través de la importación de alimentos procedentes de Australia y Nueva Zelanda. La mayoría de estos alimentos importados son carnes y dulces ricos en grasas y azúcares simples. De hecho, el»Spam» o carne enlatada es uno de los «manjares» más populares en la isla, mientras que sólo un 3% de los habitantes de Nauru come fruta o verduras con frecuencia. Pero no sólo la occidentalización brutal de la población de Nauru ha sido la desencadenante de los problemas. Entre los habitantes de las islas del pacífico existe todavía la percepción generalizada de que un exceso de peso es signo de riqueza y poder. Lo que motiva muy poco o nada a sus habitantes para que intenten frenar la ganancia excesiva de peso. Y es que los habitantes de Nauru no estaban preparados, de ninguna manera, para la invasión alimentaria de occidente. Miguel Ángel Escartí

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