Los españoles dan la espalda a los hábitos tradicionales y comen demasiada carne y grasas y pocos cereales y verduras- 46% lleva una vida sedentaria. Mucha carne, demasiadas grasas y un exceso de bebidas refrescantes. Así, desequilibrada, es la dieta diaria de los españoles, que prefieren comer un buen filete de carne roja que un plato de verduras a la plancha. En España no se come en exceso (2.482 kilocalorías por persona y día de media), pero sí mal. La elección de los alimentos no es la adecuada. La primera Encuesta Nacional de Ingesta Dietética revela que los ciudadanos abusan de las proteínas y las grasas y, en cambio, olvidan las verduras, la pasta, el arroz y las patatas. Ingredientes que, hasta hace poco, eran la base de los menús cotidianos. «Los españoles han dado la espalda a la dieta mediterránea», alertó ayer el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), Roberto Sabrido.

La encuesta ha analizado los hábitos de 3.000 personas, de 18 a 64 años, para extraer la conclusión de que los mayores aún conservan los patrones tradicionales. Y otro dato: las mujeres se alimentan mejor que los hombres. La radiografía dietética que traza la Aesan muestra que solo el 43% de la población come hortalizas a diario; de media, los españoles toman 1,5 raciones de espinacas, tomates o zanahorias al día, cuando la cantidad recomendada es al menos dos raciones. Lo mismo ocurre con los hidratos de carbono, los ciudadanos comen 3,3 raciones al día de patatas, arroz o cereales, cuando lo recomendado es tomar entre cuatro y seis.

«Un ciudadano consume al día unos 164 gramos de carne, de media, y lo aconsejable sería que lo hiciese de forma ocasional», explicó Sabrido, que indicó que entre un 28% y un 30% come bollería a diario cuando tendría que hacerlo solo de vez en cuando. A la mala alimentación se une que el 46% de la población no hace ninguna actividad deportiva, ni siquiera caminar la media hora diaria que recomiendan los expertos. Estos datos ayudan a explicar la pandemia de obesidad que vive España, donde el 56% de los adultos y el 27% de los menores de 18 tiene sobrepeso u obesidad. Susana Monereo ve estos desequilibrios cada día. La jefa de endocrinología del hospital de Getafe (Madrid) explica que el destierro de la dieta mediterránea y el mal comer pueden tener consecuencias graves para la salud. «Se piensa erróneamente que comer solo proteínas adelgaza, y no es así. Una dieta excesivamente proteica afecta a los riñones y provoca, además, pérdida de calcio», añade. Las grasas, que los españoles también consumen excesivamente, tampoco son inocuas, Monereo explica que pueden causar el aumento de las enfermedades cardiovasculares. No introducir frutas, hortalizas e hidratos de carbono en el menú puede producir alteraciones en la conducta alimentaria. «Esa carencia puede derivar en atracones, pero también en otros problemas. La falta de esos nutrientes está relacionada con los cánceres de mama y de colon, por no hablar de los problemas gastrointestinales que causa la falta de fibra», dice Monereo. Los españoles, sin embargo, aprueban en ingesta de pescado (comen casi las cuatro raciones semanales, como está recomendado) y de legumbres. Aunque un 5% de la población asegura que no toma lentejas, alubias o garbanzos nunca. El 1,5% de la población es vegetariana. España se aproxima día a día a los patrones alimenticios de países como Francia o Reino Unido. La comparación de los datos de la encuesta española con una similar francesa revela que las cifras de ingesta de carne, verduras o frutas es similar.

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