Cuando realizamos ejercicio físico, el cuerpo consume depósitos de energía o tipos de almacenes, siguiendo un orden. El primer almacén que el organismo gasta es el de azúcar que está en el hígado, el glucógeno, y que abastece al cuerpo durante 20 minutos de ejercicio moderado.  Tras éste, se consume el almacén de grasa corporal.
Si queremos gastar grasa corporal, tendremos que estar el suficiente tiempo y con la debida intensidad haciendo ejercicio.

La energía se gasta, voluntaria e involuntariamente. Voluntariamente cuando nos movemos e involuntariamente cuando nuestro propio organismo en reposo va dándole uso a lo que comemos. El encargado de esta tarea, es el metabolismo basal.

Si nuestro metabolismo basal gasta mucha energía por genética, podremos comer también mucho. Si es bajo deberemos comer poco, sino engordaremos aumentando los depósitos de grasa.

Por otro lado, se ha comprobado que la tasa metabólica o la velocidad con que el organismo consume una cantidad de energía puede cambiar en una misma persona con el paso del tiempo o con la modificación de hábitos. De hecho hay autores que demuestran una reducción del 15-30 % (Wooley y Dyrenforth, 1979) .

Esto quiere decir que la tasa metabólica, se adapta a la cantidad de alimentos que ingiere el individuo. Cómo? Pues bajando su actividad y por tanto quemando menos calorías cuando la persona come menos. Ésta es una función adaptativa del organismo para no quedarse sin nutrientes.

Existen claros indicios de que el ejercicio físico puede incrementar el ritmo metabólico, por tanto podemos contrarrestar la reducción de la tasa metabólica que puede ocurrir al hacer una dieta y podemos conseguir una mayor bajada de peso haciendo un ejercicio moderado de unos 90 minutos combinando ejercicios aeróbicos (correr, nadar, andar…) y anaeróbicos (pesas, body-pump, squash…).

Os animo a todos a aumentar vuestro ejercicio diario!!!

INTRAOBES

Isabel Rubió Gavidia

Psicología clínica