Un estudio reciente asegura que los bebés a cargo de cuidadores que no son sus padres tienden a aumentar más de peso que los que sí son cuidados por sus padres.

Además, los investigadores hallaron que los que recibieron atención regular de quienes no eran sus padres tenían menos probabilidades de ser amamantados y más propensos a recibir alimentos sólidos de manera prematura.

«El estudio actual sugiere que el riesgo es más grande entre los niños enviados a guarderías prematuramente que entre los niños que permanecen bajo la supervisión de sus padres», señaló el Dr. David Katz, director del Centro de investigación sobre la prevención de la facultad de medicina de la Universidad de Yale, quien no participó en el estudio.

Otros estudios han sugerido que la lactancia durante los primeros 12 meses de vida podría resultar protectora contra la obesidad, por lo que podría ser uno de los factores involucrados en esto, comentó Katz al referirse al estudio. «Las prácticas de alimentación de las guarderías podrían también tener que ver», dijo.

Cada vez más evidencia sugiere que la amenaza del aumento excesivo de peso y la obesidad se está apoderando de las guarderías de los EE. UU., señaló Katz. «Los estudios señalan que la obesidad está emergiendo como un problema incluso durante el primer año de vida. Esto, a su vez, causa un mayor riesgo de diabetes en la juventud y obesidad toda la vida, con todas las consecuencias que eso conlleva».

Para el nuevo estudio, Juhee Kim, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, y Karen E. Peterson, de la facultad de salud pública de la Harvard, recopilaron información sobre más de 8,100 bebés de nueve meses. Durante las visitas domiciliarias, entre 2001 y 2002, los bebés se pesaron y se midieron, y los investigadores recopilaron información sobre cómo se cuidaba de los niños.

El 55 por ciento de los niños recibió atención habitual de alguien que no era uno de los padres. De estos, la mitad iban a una guardería de tiempo completo y el 40.3 por ciento comenzó a ir a la guardería antes de los 3 meses de edad, el 39.3 por ciento comenzó a asistir entre los 3 y los 5.9 meses de edad, y el 20.7 por ciento comenzó a asistir después de los 6 meses.

Los niños que comenzaron a asistir a la guardería antes de los tres meses tenían menos probabilidades de ser amamantados y era más probable que comenzaran con alimentos sólidos, en comparación con los niños cuidados por sus padres.

La presentación prematura de alimentos sólidos y la ausencia de lactancia son factores establecidos para el aumento de peso, anotaron Kim y Paterson.

«Los resultados de nuestro estudio ofrecen nueva evidencia de que la guardería incluye tanto sobre las prácticas de alimentación del bebé como sobre el riesgo de exceso de peso, al menos mientras es un bebé», escribieron los autores del estudio. «Además, hace falta más investigación para comprender los mecanismos por los que estos factores tempranos de cuidado de los niños y prácticas de alimentación de los bebés afectan el riesgo subsiguiente de sobrepeso en la infancia».

Katz dijo que «factores como los retos económicos, la ausencia de un cónyuge o una familia de apoyo cercana, las horas de trabajo largas e inflexibles podrían ser las causas fundamentales para distintos aumentos de peso entre recién nacidos. La única manera confiable de enfrentar esas causas potencialmente arraigadas de la obesidad infantil es asegurarse de saber sobre la alimentación saludable y tener acceso a opciones saludables y a precio asequible. Esa es la norma en casa y en cualquier otro lugar».

Fuente: Medline Plus