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Glucógeno

El Alpe d’Huez es una de las subidas más espectaculares de la historia. Tiene 13,8 km desde la base, en los que se encara la ascensión de 1.073 metros en 21 giros y media del 7,9%. Un cicloturista de 75 kg, bien entrenado, pedaleando a 300 vatios, ascendería a 12 km/h y tardaría en coronarlo una hora y cinco minutos. Frank Schleck, de 67 kilos, pedaleó a 407 vatios para ganar en el Tour de 2006 ascendiendo a 19,3 km/h y tardó poco más de 40 minutos. El que pedalee con más vatios en relación a su peso ganará, así de sencillo. La máxima potencia sostenible dependerá de cuánto glucógeno les quede a los ciclistas en las piernas tras 96 kilómetros, el Telégraphe y el Galibier. El glucógeno es un combustible que proporciona mucha energía por unidad de tiempo y que, además, reside en el mismo músculo. El entrenamiento les hace capaces de ahorrar este preciado bien a base de alimentar sus músculos con una mezcla de glucosa sanguínea y ácidos grasos. Por encima de los 300 vatios de potencia, la energía para pedalear proviene mayoritariamente del glucógeno y, a medida que se aumentan los vatios, su uso crece de manera exponencial. Cuanto menos pesas, menos vatios necesitas para ir a la misma velocidad y menos glucógeno gastas. Por eso los escaladores son livianos. Sin embargo, a veces ciclistas pesados como Thor Hushovd, de 82 kilos, pueden subir como auténticos escaladores a base de gastar glucógeno a raudales, ya que tienen mucha masa muscular y más almacén de glucógeno que los escaladores. Hasta finales de los 80 el Alpe d’Huez se subía entre 45 y 42 minutos, entre 17 y 19 km/h. Pedro Delgado lo subió en 1989 a 18,6 km/h, desarrollando unos 380 vatios para sus escuetos 64 kg. Entre los años 1990 y 1997 hubo una revolución que empezó con Indurain, que subió en el año 1995 a 19,9 km/h, ostentando el récord de 470 vatios para sus 80 kg durante 39 minutos y medio. Pantani destrozó el crono en 1997: 37 minutos y medio a 20,9 km/h. Desde 2001 las cosas se han calmado y se sube por debajo de los 20 km/h. A ver a quién le queda suficiente glucógeno.

Ricardo Mora es catedrático en Ciencias del Deporte.
Enlace: https://elpais.com/diario/2011/07/22/deportes/1311285604_850215.html
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