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Explicación de la obesidad

En el modelo cognitivo-conductual, se considera que la conducta no adaptativa es una consecuencia de nuestra interpretación de la realidad. Y por lo tanto, hay que eliminar y reestructurar creencias y pensamientos irracionales o negativos que nos alejan de nuestras metas y objetivos.

Desde este modelo, se describen una serie de factores implicados en la obesidad. Explicaremos brevemente aquellos factores que anteceden el comer en exceso y aquellas variables de la persona que desencadenan y mantienen la obesidad.

1. ESTÃ?MULOS ANTECEDENTES A LA CONDUCTA DE INGESTA EXCESIVA

El modelo cognitivo-conductual presta especial atención a los estÃmulos que anteceden a la conducta de comer en exceso. SerÃan diferentes en cada persona. Por ejemplo:

⢠Ver comida.

⢠Haber llevado una dieta excesivamente restrictiva.

⢠Pasar muchas horas sin ingerir alimentos.

⢠EstÃmulos previamente asociados con la ingesta; por ejemplo, determinada panaderÃa.

⢠Ver alimentos prohibidos.

⢠Situaciones que provocan ansiedad o determinadas emociones no directamente relacionadas a la ingesta (como el aburrimiento, la tristeza, la ansiedad, etc.).

Desde esta perspectiva, resulta de gran utilidad realizar un análisis personalizado para cada caso y aplicar técnicas de control estimular. Algunos ejemplos son: no almacenar comida en casa, realizar cinco comidas diarias, evitar los estÃmulos que anteceden a la ingesta excesiva, realizar la compra después de haber comido y llevando poco dinero encima, etc.

2. VARIABLES DE LA PERSONA

Existen diferentes variables de la persona que pueden estar implicadas en la obesidad. Algunas de ellas son factores de vulnerabilidad personal, como por ejemplo la baja autoestima, determinados estados ansioso-depresivos que son afrontados comiendo, las expectativas respecto al tratamiento y, finalmente, algunas creencias irracionales podrÃan funcionar como factores desencadenantes y/o de mantenimiento en el caso de la obesidad. Veremos, a continuación, más detenidamente, cada uno de ellos:

Factores de vulnerabilidad personal

Una baja autoestima puede ayudar a que la preocupación por el peso y la figura sea excesiva. De esta manera, es más fácil caer en un comportamiento alimentario caótico, con la consiguiente percepción de falta de control y malestar psicológico, que aumentará la autoevaluación negativa, perpetuando asà un circulo vicioso entre baja autoestima y obesidad.

La tendencia al pensamiento dicotómico (todo es blanco o negro, horrible o maravilloso) y un perfeccionismo excesivo, pueden estar implicados en secuencias de descontrol, por ejemplo ante situaciones de saltarse la dieta (p.ej: total, ya que me la salto, me la salto del todo).

Otros factores como la tendencia al locus de control externo (pensar que yo no tengo el control de lo que me sucede y que no puedo hacer nada para controlar mi obesidad) y bajas expectativas de autoeficacia (me creo incapaz de hacer nada efectivo por cambiar esta situación), podrÃan determinar expectativas negativas de cara al tratamiento (total, si voy a fracasar de nuevoâ¦).

Expectativas en relación al tratamiento

Es importante explorar las expectativas de cada paciente de cara al tratamiento. Las experiencias previas de la persona podrÃan jugar un papel importante a este respecto. Las expectativas negativas, o por el contrario, esperar bajadas rápidas de peso, podrÃan ser un obstáculo. Es importante, también conocer las motivaciones que llevan al paciente al tratamiento. Motivaciones a corto plazo, como, por ejemplo, adelgazar de cara a un evento social próximo, podrÃan hacernos pensar en mejorÃas poco duraderas.

Frente a las expectativas anteriores, deberÃa orientarse el tratamiento hacia cambios de peso graduales que puedan mantenerse. Además debe informarse a los pacientes de que pérdidas de peso pequeñas producen cambios importantes en indicadores de salud como presión arterial, colesterol, etc.

Estados ansioso-depresivos

¿Por qué la gente come cuando está ansiosa, triste o aburrida? La respuesta no es sencilla, pero la realidad es que en otros momentos está conducta les ha servido para calmarse. Por lo tanto, podrÃa tratarse de una forma de refuerzo (premiarse a sà mismo) y de que esta conducta se convierta en la norma para la persona (a esto se le llama generalización).

La ansiedad puede venir de situaciones relacionadas con la alimentación, como tener hambre o ver alimentos prohibidos, o de otras situaciones no relacionadas, como conflictos con otras personas.

La respuesta de ansiedad, tiene tres componentes y el abordaje será diferente para cada uno de ellos:

⢠Frente a los sÃntomas fÃsicos, como aumento de la tasa cardiaca, tensión muscular, ahogo, mareos⦠pueden ser útiles técnicas de relajación.

⢠Para tratar el componente cognitivo y emocional, referente a pensamientos e ideas negativas asociadas y sentimientos de malestar y angustia, se emplean habitualmente técnicas de reestructuración cognitiva.

⢠Finalmente, el componente conductual, observable a partir de conductas de evitación, de no afrontamiento, como podrÃa ser por ejemplo, comer en lugar de afrontar activamente determinado problema, se buscarán conductas alternativas de afrontamiento.

Otro aspecto importante de la ansiedad es la relación existente entre su curso y su intensidad, en forma de U invertida. Por ello, es importante que los pacientes aprendan a demorar la gratificación, para que experimenten como la ansiedad pasa. Cuando la persona está ansiosa y escapa comiendo, no puede experimentar que la ansiedad pasa (aunque sea desagradable). Frente a otros estados como tristeza o aburrimiento que propician la inactividad, entrando asà en un circulo entre tristeza e inactividad que se autoperpetúa, debemos hacer hincapié en la importancia de la actividad fÃsica para romperlo, por sus beneficios psicológicos y fÃsicos a largo plazo.

Nos podemos ayudar también aquà de autorregistros y de la introducción de actividades gratificantes en la vida diaria de la persona.

Para hacer frente a estos estados pasajeros nos ayudaremos de técnicas de control del estrés, del aprendizaje de estrategias de afrontamiento adaptativas, de solución de problemas, de entrenamiento en habilidades sociales y asertividad, y de realización de conductas alternativas o distractoras.

Pensamientos irracionales y/o negativos que interfieren con el tratamiento

Muchos de estos pensamientos son lo que llamamos pensamientos de todo-nada. Las consecuencias de estos pensamientos son la ansiedad, la sensación de âno poder soportarloâ?, de sentirse condenado. Como estos pensamientos son automáticos y no conscientes, un autorregistro puede ayudarnos a identificarlos.

Algunos de estos pensamientos pueden relacionarse con baja autoestima (por ejemplo, âno lo voy a conseguirâ?), o con el perfeccionismo excesivo (âsi no es perfecto, que no seaâ?). Otros pueden estar relacionados con creencias más generales como: âes necesario estar delgado para ser feliz y tener éxito en la vidaâ?, o âla valÃa personal sólo se pone de manifiesto a través del peso y la figuraâ?.

Frente a estos pensamientos y creencias irracionales se usan técnicas de reestructuración cognitiva usando como pensamientos alternativos el reconocimiento de la propia valÃa centrándose en otros valores diferentes al peso y la figura, el rechazo de la presión social arbitraria, la aceptación de la naturaleza biológica del peso y la explicación de la obesidad desde teorÃas más racionales y menos incapacitantes para la persona.

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