El chocolate, gran amante de las personas golosas, es un producto compuesto por azúcar, pasta de cacao y manteca de cacao. Este último elemento, es sobretodo el que le confiere al chocolate su mala fama de que hace aumentar el peso corporal de quien lo ingiere en desmesura, ya que es altamente graso. El chocolate, contiene una serie de psicoestimulantes que hacen que nos sintamos mejor y que además aumente nuestro deseo de consumir más este producto dulce. En este último sentido, se ha descubierto que cuando una persona ve el chocolate o se lo imagina, se segrega una sustancia llamada encefalina en una zona cerebral llamada neoestriatum. La encefalina lo que hace es aumentar el deseo de consumir un cierto producto en exceso, en este caso el chocolate. Esta podría ser una de las razones de porqué algunas personas se sienten “adictas” al chocolate. Este estudio se puede consultar en la siguiente dirección: http://www.europapress.es/salud/noticia-estudios-cerebrales-revelan-raices-tentacion-chocolate-20120920184546.html Por otro lado, el chocolate también está compuesto, de entre otras sustancias por: – Feniletilamina que hace aumentar los niveles de endorfinas en el cerebro, sustancia relacionada con el placer. – Cafeína: estimulante cerebral. – Triptófano: esencial para que la glándula pineal segregue serotonina (5HT), neurotransmisor involucrado en la regulación del sueño y del placer. Dadas las características del chocolate, que aumentan nuestra sensación de bienestar, nos activan un poco a nivel cerebral y nos puede aumentar el impulso de comer más del mismo. Tenemos que tener muy claro qué cantidad y con qué frecuencia lo vamos a tomar. Este alimento está contemplado en la Pirámide alimentaria de la Dieta mediterránea, pero recordad que está en el pico de la pirámide y que por tanto le corresponde poca cantidad y poca frecuencia.

Isabel Rubió Psicología IntraObes