Después de cirugía bariátrica: ¿por qué he de tomar líquidos y batidos?
 
Esta es una pregunta que los pacientes nos hacen habitualmente antes de la cirugía bariátrica.
¡Esto de tomar líquidos 10-14 días y otros 14 después de la operación para perder peso es un rollo!.
Los sobres de proteínas huelen a medicamento -sobre todo si has estado entre 10 y 20 días antes de la cirugía tomándolos- y son caros –cuestan entre 2,5 y 3,5€ el sobre-.
Nos hacéis entonces varias preguntas:

  1. ¿Por qué han de ser líquidos y purés finos?. ¿Y si mastico bien?
  2. ¿No podría tomar zumos, leche o gelatinas, que están más buenos, y evitarme los batidos?
  3. ¿Y si tomo los calditos de mi madre? (“la mejor vitamina, la gallina” dice el viejo refrán)
  4. ¿No puedo tomar proteína 90% del supermercado que es más barata?
  5. ¿Por qué tanto sobre de proteínas, os lleváis comisión o algo así?

 
La explicación es la siguiente.
El problema del embudo
Hagamos la operación que sea (desde un balón a cualquier modelo de bypass), el estómago pasa de ser una bolsa elástica que acepta cualquier alimento –aunque no esté masticado suficientemente- o ingerido a cualquier velocidad, a un “embudo” estrecho. Además, como reforzamos las paredes de la operación con una sutura que tarda de 60 a 90 días en reabsorberse –excepto en la plicatura, POSE y Apollo, donde la sutura no es reabsorbible- la distensibilidad del “embudo” se reduce muchísimo. Es un embudo rígido.
Veámoslo:
 

Ante todo, no vomitar
Ese “embudo estrecho y poco distensible” produce un efecto inmediato: dado que es un músculo involuntario, si ingerimos un sólido o un puré se atascará con gran facilidad, y el estómago reaccionará contrayéndose y produciendo lo que conocemos como “vómito”.
Pero ¡ay!, cuando vomitamos, generamos una presión de hasta 80 kg por centímetro cuadrado, que es como saltar sobre una pierna con un tacón de aguja pisando un estómago recién operado: ¡podemos tener problemas gravísimos!.
Lo que necesito comer recién operado para no marearme
Las claves en la nutrición de los pacientes recién operados son 2:

  1. la cantidad de proteínas que tomo
  2. que mantenga una buena hidratación

Las recomendaciones de proteínas para un adulto con actividad moderada (que hace ejercicio 3 veces por semana) son de 1,5 gr de proteína por kg de peso corporal y día. Pero para que el paciente se mantenga en pie y pueda dar paseos suaves, necesita al menos 0,5 gr/kg/día.
Monsieur Poiseuille, ¡le magnifique!
En 1840, un médico francés, Jean Leonard Poiseuille, dedicado al estudio de los fluidos a través de los vasos sanguíneos, sentó las bases de la llamada “dinámica de fluidos”. Lo hizo a través de su famosa fórmula del flujo laminar; describió el paso de un fluido a través de un conducto inelástico de radio y longitud conocidos.
¿Y en qué nos afecta a nosotros esto?
Pues que un estómago recién operado es básicamente esto, un conducto inelástico de radio y longitud fijos. Y dado que la presión entre los extremos del conducto no la podemos variar, ya que depende de la contracción del esófago distal, que es un músculo involuntario, la única manera de aumentar el volumen que podemos beber recién operados por unidad de tiempo (a esto se le conoce como flujo) es disminuir la densidad del fluido. El sólido tiene una densidad 4, el puré 2 y el líquido 1 (aproximadamente). Luego nosotros podemos decidir la cantidad de lo que seremos capaces de ingerir sin vomitar, manejando dos variables:

  • la más importante: la densidad de lo que ingerimos
  • el tiempo que tardamos en ingerirlo.

En el mismo intervalo de tiempo, recién operado, puedes tomar 4 veces más volumen de líquidos que de sólidos, con mucho menos riesgo de vómito.
Huevos, gallinas, batidos y la soja
El problema es que los líquidos de supermercado que más proteínas tienen, como por ejemplo la leche, tienen 3,4 gr de proteínas/100 gramos. Si nuestro paciente tipo pesa 140 kg, necesitará 70 gramos de proteína al día. ¡Tendría que beberse 2 litros de leche al día!. Ese es el problema, que ese volumen no le entrará hasta pasadas 2 semanas de la cirugía. Una clara de huevo, que es la proteína con mayor valor biológico –de más calidad- que se conoce, tiene 7 gramos de proteínas. Necesitaríamos 10 claras de huevo al día.
Además, hay que romper mitos. Los zumos sólo tienen azúcar, y el caldito de gallina de la abuela –nutricionalmente- es muy pobre.
Así es como acabamos en casi todos los centros de cirugía de obesidad del mundo, recomendando preparados protéicos comerciales con 2 objetivos:
– antes de la cirugía: disminución de grasa intra-abdominal para aumentar la seguridad de la cirugía.
– después de la cirugía: proteger la zona quirúrgica del vómito y a la vez nutrir suficientemente al paciente.
Finalmente, comentaros que en algunos países donde los preparados proteicos resultan muy caros –como por ejemplo en Brasil- utilizan proteína 90 de supermercado (ojo a las de gimnasio, que a veces llevan trazas de productos que nos pueden perjudicar, como por ejemplo hormona tiroidea). La diferencia en los precios de las proteínas está en su “valor biológico”. Las de ovoalbúmina (huevo) son mejores pero más caras, las de suero de leche estarían en el segundo puesto del escalafón y las de soja son más baratas pero con utilidad biológica muy limitada –tomas proteína “menos útil”-. En los USA hay ya líneas enteras de nutrición con batidos, purés, vitaminas, etc. Todo llegará.
Y por cierto, ¡la última vez que hablé con una comercial de batidos hará unos 5 años!. Sólo hay una marca buena, y pasamos todos por el aro.
Espero que os haya parecido interesante.
Fdo. Miguel Ángel Escartí
Cirujano Bariátrico y Metabólico
IntraObes