El elevado consumo de carnes ricas en grasas y el bajo consumo de verduras, son las causas de que la dieta mediterránea esté desapareciendo, según indica la Fundación Española de la Nutrición (FEN). Actualmente, predomina el elevado consumo de alimentos con baja densidad nutricional y con un gran contenido en grasas saturadas. La FEN recomienda volver a una dieta poco procesada, fresca y natural, hacer la comida en casa y no comprar productos precocinados, donde se aumenta el contenido de almidón y grasas saturadas y se limita la ingesta de proteínas y vitaminas.