El abordaje de la obesidad en diabetes tipo 2 tiende a ser más agresivo, prioritario y precoz para evitar complicaciones cardiovasculares.

Tanto es así que incluso se está preconizando la cirugía bariátrica en diabéticos tipo 2 con sobrepeso por sus llamativos resultados, explica a CF Pedro Conthe, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). «El abordaje de la obesidad en diabetes tipo 2 tiene que ser multicomponente y combinar dieta, ejercicio, apoyo psicológico y fármacos», señala el experto, que es uno de los organizadores de la III Reunión de Diabetes y Obesidad de la SEMI, celebrada la semana pasada en Canarias. «El sobrepeso que se toleraría en población normal exige a menudo intervención en el paciente diabético».

La diabetes tipo 2 y la obesidad «son dos epidemias que vienen inevitablemente de la mano». El 90 por ciento de los diabéticos tipo 2 tiene algún grado de sobrepeso y obesidad, estima Conthe. En el año 2025 se calcula que habrá en el mundo en torno a 300 millones de diabéticos tipo 2 «como consecuencia de la obesidad, la sobreingesta y el sedentarismo».

España, con un 10 por ciento de la población adulta diabética, se encuentra en unas cifras de prevalencia en un «rango medio alto» respecto al resto de Europa. Conthe señala que existe gran variabilidad entre comunidades autónomas, con Canarias y el Levante a la cabeza en diabéticos, y que preocupan «mucho» las altas cifras de sobrepeso y obesidad en población infantil y adulta.

Detección precoz

También, para evitar complicaciones, es fundamental la detección temprana de la prediabetes para adoptar medidas en los estadios iniciales de glucemia basal alterada (100-126 mg/dL). «La recomendación general es que en todo adulto, por encima de los 40 años, se realice una analítica para determinar la glucemia basal», afirma, y asegura que los médicos de atención primaria están muy sensibilizados de la importancia diagnóstico precoz de la diabetes y de sus estadios iniciales.

La prevención también debe alcanzar al conjunto de las sociedad y, en especial, a los pacientes con algún factor establecido de riesgo cardiovascular, como las personas con hipertensión arterial, obesidad o hipercolesterolemia. «Es importante insistir en la modificación del estilo de vida para retrasar en la medida de lo posible el inicio de los tratamientos».

En el congreso de la SEMI también se debatió sobre los distintos abordajes farmacológicos de la diabetes tipo 2 en Estados Unidos y en Europa. En este sentido, apunta que los inhibidores TEPT-4, un nuevo grupo de fármacos que no provocan bajadas bruscas de la glucemia y que ya se están utilizando en España, no son tan populares al otro lado del Atlántico, donde gozan de más aceptación otros nuevos medicamentos inyectables, los análogos de GLP-1, así como algunos tipos de glitazonas, que «ahora están bajo sospecha por su seguridad vascular».

Fuente: Correo Framacéutico